El riego del plumbago
Se debe regar abundantemente durante la primavera y el verano. Entre riego y riego hay que esperar a que la tierra esté totalmente seca, pues de lo contrario se pueden producir encharcamientos y por consiguiente enfermedades o podredumbre de las raíces.
El plumbago requiere de entornos húmedos por lo que se debe rociar regularmente y hasta que aparecen las primeras flores (nunca hacerlo cuando el sol está ofreciendo luz directa).
El tipo de suelo en el que se debe plantar el plumbago y su trasplante
Este arbusto necesita terrenos que drenen bien el agua y en los que no se produzcan encharcamientos. Cuando se plante en una maceta es importante colocar en el fondo grava o trozos de barro para favorecer el escurrimiento del agua.
El plumbago se trasplanta al principio de la primavera usando para ello una maceta un poco más grande y una tierra fértil.
El abono
Se debe abonar cada dos semanas al finalizar la primavera y durante todo el verano. Para esta operación se recomienda usar un fertilizante líquido diluido en agua de riego. Los abonos se deben suspender cuando llegue la época de frío, es decir, los meses comprendidos en otoño e invierno.
La poda después de la floración
La floración del plumbago se suele producir en los meses comprendidos entre abril y otoño, pero esto dependerá del tipo de especie que sea. Una vez que el proceso de crecimiento de las flores termina, es el momento de llevar a cabo la poda de la plantar.
¿Cómo se hace una buena poda? Para que esta operación tenga el éxito que se busca, se deben cortar los tallos leñosos a 30cm del terreno. Si no se hace correctamente, las flores solo de formarán en las ramas intactas, es decir, en las de todo el año.