Las buganvillas necesitan sol y gran cantidad de luz natural para desarrollarse adecuadamente, prefiriendo las condiciones de incidencia directa de sol durante buena parte del día.
Suelo y abono para la bugambilia
Cuando hablamos de buganvillas, es común referirse a ellas incluso como plantas rústicas, dada su gran resistencia y poca necesidad de cuidados. Uno de estos puntos con los que la planta no resulta quisquillosa en absoluto es respecto al suelo. Esta planta está adaptada a suelos pobres en nutrientes, por lo que no necesita que enriquezcamos su tierra con una gran cantidad de materia orgánica. De hecho, si la plantamos en exterior, no llevará bien que abonemos el suelo en exceso. En maceta en cambio, sus necesidades aumentan, tal y como sucede con todas las plantas, y agradecerá un aporte de fertilizante, mejor si este es líquido, cada dos semanas durante los meses cálidos. Aquí puedes conocer Cómo hacer fertilizantes orgánicos caseros.
Riego de la bugambilia
A la hora de ver cada cuánto se riega la bugambilia encontramos que la planta es aquí tan poco exigente como con el suelo. La buganvilla no necesita de muchos riegos: en primavera y verano habitualmente será suficiente con regarla una vez a la semana en jardín, o cada 3-4 días en maceta. En invierno, será mejor dejar que reciba el agua de la propia lluvia, o al menos espaciar mucho sus riegos. Es importante evitar mojar sus hojas al regar, centrándonos en que sea la tierra o sustrato lo que reciba el agua.