- Luz. La luz es un factor imprescindible para todas las plantas en mayor o menor medida. En el caso de las drácenas no necesitan de luz directa, de lo contrario sus hojas se pueden quemar y cambiar de color.
- Riego. Un punto a favor para la drácena si sueles olvidarte del riego de tus plantas, es que no necesita mucha agua. Debes asegurarte de que la planta no cuenta con una tierra mojada de forma continua. No soporta que la tierra esté muy humedecida. El exceso de agua puede ocasionar que se deteriore la planta. Lo mejor es alternar el riego 2 o 3 veces por semana en verano y en invierno tan solo una vez.
- Temperatura. La drácena es una planta tropical por lo que resiste bien las altas temperaturas pero no las bajas. No puede estar en un ambiente con una temperatura por debajo de los 14 °C. Lo ideal es que esta planta se mantenga entre los 20 y 25 °C.
- Poda. La drácena es una planta que, si la dejes crecer, puede llegar hasta los 5 metros de altura. Normalmente como se instala en el interior de la vivienda, a menos que tengas unos techos altísimos, lo ideal es podarla. Aunque crece de forma lenta, se nota el incremento de sus hojas. Intenta eliminar algunos tallos de vez en cuando para contener su tamaño o poda las raíces.