COLEO

1. Darle una buena luz, fundamental para su bienestar y su belleza

Teniendo en cuenta que es una planta tropical, podríamos caer en el error de creer que necesita luz directo. Y nada más lejos de la realidad. El cóleo demanda muy buena luz, pero siempre de forma indirecta. Y no es algo negociable: tanto la salud de la planta como el colorido de sus hojas depende en gran medida de la cantidad de luminosidad que reciba.

Tanto el exceso como el defecto de luz pueden pasarle una seria factura a nuestro cóleo. Si lo exponemos a sol directo, sus hojas se quemarán. Si está en un espacio poco luminoso, perderán color e intensidad; e, incluso, pueden llegar a caerse.

2. Encontrar la ubicación correcta, vital

Por más que pensemos que el cóleo puede colocarse en cualquier parte, no es así. Hablamos de una planta sumamente sensible, por lo que tendremos que evitar que esté expuesta a corrientes de aire, tanto naturales como artificiales propias de aires acondicionados.

Pero ojo: porque tan perjudicial como el frío es el calor. Así que si decidimos colocar nuestra planta junto a la ventana, lugar ideal para ella, cuidado con el radiador. Los grados de más no le sentarán nada bien.

3. Regar de manera correcta, el más delicado de los cuidados del cóleo

Llegamos al punto de los cuidados del cóleo que tendremos que vigilar de cerca. Porque, aunque pensemos que por ser tropical demanda mucha agua, no es así: tan solo necesita tener el sustrato siempre ligeramente húmedo. Durante los meses de invierno, lo ideal es reducir la pauta de riego. Sin embargo, en los meses de verano tendremos que incrementarla.