1. La luz
Un detalle sorprendente teniendo en cuenta que hablamos de una planta tropical. Y comprender por qué necesita luz moderada pasa, irremediablemente, por conocer cómo crece en estado salvaje. La Calathea es una planta propia de los sotobosques de la selva tropical brasileña. Unos espacios marcados por la humedad pero, también, por una luz sumamente tamizada que se filtra a través de las hojas de los árboles de mayor tamaño.
Dado este detalle, el espacio ideal para nuestra Calathea será siempre uno con luminosidad moderada y que huya siempre del sol directo. De exponerla a él, las hojas se quemarían. Es más: podemos cultivarla sin problema en un lugar sombreado de nuestra casa. Un espacio que recrea, en cierta manera, el original en el que crece en la naturaleza.
2. El riego
Uno de los cuidados de la Calathea más importantes. Cuando hablamos de plantas tropicales, solemos creer que eso es sinónimo de mucha agua. Es cierto: hablamos de plantas con una necesidad de humedad alta. Pero eso no tiene que ver, forzosamente, con la pauta de riego.
Teniendo esto en cuenta, hay que comprender que la Calathea necesita tener el sustrato ligeramente húmedo durante todo el año. En los meses de invierno, lo ideal es esperar a que se seque ligeramente entre riego y riego. Una pauta que cambia con respecto a los meses de crecimiento. Así durante la primavera y el verano, tendremos que regarla de forma abundante sin olvidar un detalle: retirar el agua sobrante del riego del plato inferior.
Importante: no mojar nunca las hojas.