El maní se planta en la primavera temprana y crece mejor en suelos arenosos ricos en calcio. Para obtener una buena cosecha, se requieren unos 120 a 140 días sin heladas. El maní se cosecha en otoño, sacando la planta de la tierra cuidadosamente para no romper los maníes. Luego se dejan secar en el sol durante varios días.
Aunque se considera un cultivo de clima cálido, las plantas también se cultivan en climas más fríos. La planta de maní tiene una larga temporada de crecimiento (que va de 100 a 130 días sin heladas), que es parecido con el tiempo de crecimiento de las plantas de chile. Se podrían desterrar a las plantas en cualquier momento después de 100-120 días.
En climas más fríos, el truco para su cultivo es elegir una variedad de maduración precoz que solo tara unos 100 días hasta la cosecha. Otro consejo en climas más fríos es plantarlo en en una ladera orientada al sur. También se puede obtener una ventaja al inicio de la temporada con la siembra de maní en el interior 5 a 8 semanas antes de trasplantar afuera.
Es importante seleccionar un sitio al pleno sol, y se recomienda hacer filas cubiertas de plástico para proteger las plantas jóvenes de las heladas de primavera.