Cuidados de la planta de albahaca
La albahaca es una planta que requiere una elevada cantidad de riegos durante todo su cultivo. Si no tiene la suficiente agua, la planta correrá el riesgo de deshidratarse y no llegar a desarrollarse. Para realizar el riego, deberemos mantener la tierra siempre húmeda pero sin que llegue a encharcarse. Una solución para esto es realizar unos agujeros en el fondo de la maceta para facilitar su drenaje. Se debe regar la planta todos los días, mejor en pequeñas cantidades un par de veces, para evitar que la tierra se seque durante el período de mayor calor.
También se recomienda despuntar los tallos y arrancar las malas hierbas para airear y mullir la tierra. El despunte se realizará cortando los tallos superiores para favorecer que salgan más tallos y la planta sea más frondosa. Como la albahaca es una planta anual que se seca y muere una vez ha florecido al acabar el ciclo, se deberán cortar los capullos florales al final de los tallos y así retrasar este momento.
En caso de que queramos conservar semillas de albahaca para otros años, podremos dejar crecer una de sus flores y recoger sus semillas, hacía el final del cultivo.