Luz y temperatura
La gerbera prefiere zonas iluminadas, pero sin recibir directamente la luz del sol. Aunque prefiere los lugares ventilados aguanta bien las altas temperaturas. Sin embargo, es mejor protegerlas de las heladas. Todo esto la convierte en una planta perfecta para interiores. En caso de cultivarlas en exterior requerirá de una constante supervisión para que no sufra con los cambios térmicos. Se recomienda sembrarla bajo la sombra de algún árbol o arbusto, tal y como se encuentran dispuestas de manera natural.
Riego y humedad
Prefiere los ambientes húmedos al igual que el suelo. Se recomienda sobre todo que tenga un riego constante, que no abundante, durante su época de floración. Evita en la medida de lo posible provocar encharcamientos tanto en el parterre donde se encuentra plantada, como en maceta.
Trasplante y suelo
Esta planta necesita de suelos ligeros y ricos en materia orgánica. Debido a la facilidad con la que pueden pudrirse las raíces es mejor que el suelo no esté demasiado compactado para facilitar el drenaje. Se recomienda trasplantarla en primavera.
Abono para la planta gerbera
Durante su crecimiento y floración es bueno abonarla con abono líquido diluido en agua durante 15 días aproximadamente. Utilizar abonos ricos en potasio y fósforo favorece la floración.
Poda de la gerbera
Esta planta no requiere de poda, tan sólo de una limpieza de partes secas y en mal estado. Para realizar estos cortes asegúrate de utilizar herramientas de poda previamente desinfectadas ya que es una planta propensa a sufrir ataques de hongos.