DRACENA COMPACTA M6″

Planta de Sombra y Media Sombra
Ver descripción
Sustrato bien drenado
Conoce más en la Descripción

La Dracaena compacta no es nada exigente. Aún así, hay que tener en cuenta una serie de cosas para que crezca sana y sin problemas durante muchos años, y son:

Ubicación

Lo ideal es colocarla en una habitación en la que entre mucha luz natural, aunque puede estar en otras un poco oscuras. Se puede tener en el exterior protegida del sol directo siempre que la temperatura no baje de los 5ºC.

Riego

Resiste mejor la sequía que el exceso de riego, por lo que es importante dejar secar el sustrato antes de volver a regar. Por lo general, se recomienda regar una o dos veces por semana, una o dos veces más si está en el exterior.

Abonado

No nos podemos olvidar del abonado. Desde primavera hasta finales del verano (podemos también en otoño si el clima es suave, sin heladas) es aconsejable abonar con un abono universal para plantas o con abonos orgánicos líquidos, como guano, humus o extracto de algas. Se puede incluso abonar un mes con uno, y al siguiente con otro, para que de esta manera nos aseguremos de que la planta obtiene todos los nutrientes que necesita. Eso sí, hay que leer la etiqueta, especialmente si usamos abonos minerales.

Trasplante

Tenemos que trasplantar nuestra Dracaena compacta cada dos años, pasándola a una maceta unos 3-4cm más amplia que la anterior. El tipo de material con el que esté hecho el recipiente es una decisión muy personal, pero sí que es verdad que en las de terracota quedan muy bonitas (ver imagen de cabecera); aunque también hay que decir que cada vez es más fácil encontrar macetas de plástico que nada tienen que envidiar a aquéllas.

Sustrato

Como sustrato hay que usar uno que sea poroso, para así evitar que permanezca húmedo demasiado tiempo, y que además le pudiese proporcionar una gran cantidad de nutrientes. Así, una buena mezcla sería por ejemplo: 40% turba negra + 40% perlita + 20% humus de lombriz, el cual contiene nitrógeno, fosfato, potasio, y micronutrientes, como el zinc o el manganeso, todos ellos muy necesarios para un correcto crecimiento y desarrollo de la planta.