Las dalias (Dahlia pinnata), que son en realidad todo un género de plantas de la familia de las asteráceas, son unas flores tremendamente apreciadas y valoradas por su belleza prácticamente desde su descubrimiento en la antigua Nueva España. Actualmente la dalia se trata de la flor símbolo de México y está profundamente ligada a su tradición, historia y cultura, como demuestra la constitución de la Asociación Mexicana de la Dalia hace ya más de una década.
Luz y ubicación de las dahlias
Estas plantas requieren de una ubicación muy luminosa para desarrollarse adecuadamente, especialmente si queremos disfrutar de sus preciosas flores. Coloca la dalia en un punto del jardín donde reciba mucha luz, o junto a una ventana o punto de iluminación si la tienes en interior.
Además, el viento puede hacer bastante daño a tus dalias, por lo que es necesario buscarles un lugar lo más resguardado posible en este sentido. Si no puedes protegerlas por completo de él, entutorarlas sería una muy buena idea.
Tierra y abono para las dalias
La flor dalia agradece encontrarse en tierras enriquecidas con una buena cantidad de materia orgánica. Como siempre, nosotros recomendamos usar fertilizantes orgánicos y ecológicos, como el humus de lombriz, el compost y el bokashi. Todos ellos son fertilizantes muy ricos que te permitirán mantener tus plantas libres de químicos sintéticos.
Riego de las dalias
Esta planta es bastante resistente al calor, pero si la regamos con frecuencia y abundancia en los días y temporadas de mayor temperatura lo agradecerá enormemente. Riega siempre sobre la tierra, procurando no mojar sus hojas ni sus flores para evitar problemas con los excesos de humedad.
Riega las dalias frecuentemente en las temporadas calurosas, pero recuerda que los bulbos no toleran los encharcamientos ni los excesos de humedad, por lo que es mejor regar más a menudo pero en menor cantidad para evitar encharcar.