– Riego: se recomienda mantener el sustrato húmedo, pero evitando los encharcamientos. Para ello, elimina el agua sobrante del plato después de regarla. Un exceso de agua puede provocar la pudrición de las raíces, que percibirás porque las hojas se volverán amarillas y negruzcas y las hojas comenzarán a caerse.
– Sustrato: prefieren un sustrato alcalino con un buen drenaje y rico en materia orgánica.
– Abono: aplicar un abono orgánico durante los meses calurosos cada 15 días y cada 20 días en invierno.
– Poda: la hiedra es una planta invasora, por lo que si la quieres mantener en control, especialmente en el jardín, habrá que podar las ramas que invadan caminos o intenten trepar por donde no queremos.