FILODENDRO M6″

Planta de Sombra y Media Sombra
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Sustrato bien drenado
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 Luz, abundante pero nunca directa

Para promover ese crecimiento rápido que mencionábamos, entre los cuidados del philodendron variegado tenemos que cuidar el tema de la luz. Y entender su importancia pasa por conocer las condiciones de su lugar de origen. Como decíamos antes, esta planta está acostumbrada a crecer en un entorno selvático. Esto significa que su hábitat natural cuenta con un alto grado de luminosidad, pero nunca de sol directo.

Por ello, lo ideal es colocar esta planta en un espacio con buena iluminación. Es más: de no tener la cantidad suficiente o sufrir un exceso, el philodendron variegado nos lo hará saber. Si recibe luz directa, sus hojas se quemarán presentando manchas marrones. Si no tiene la luz suficiente, no tendrá tanta alegría a la hora de crecer y sus hojas perderán intensidad.

Riego, regular pero comedido

Las necesidades de agua del philodendron variegado son bajas. Es más: es una planta súper sensible al exceso de riego. Razón de peso para que seamos cuidadosos en este aspecto. La mejor manera de saber cuándo es el momento idóneo de volver a regar es guiarnos por el sustrato. Si comienza a secarse, la planta nos estará demandando agua. Por su carácter tropical, es importante mantener siempre el sustrato húmedo. Algo que no es sinónimo de encharcado.

Uno de los motivos más habituales de muerte en estas plantas es, precisamente, el exceso de riego. Por eso, entre los cuidados del philodendron variegado, hemos de anotarnos un aspecto importante: vigilar la coloración de sus hojas. Si su moteado característico se ve alterado por hojas en tonos dorados, nos estará indicando una falta de agua. Por el contrario, si las hojas cobran una coloración amarilla, estaremos ante un exceso de riego.